sábado, 24 de diciembre de 2011

Las estrellas que tuvieron corazón.

Era un chico callado, tímido, reservado. No se le daba bien socializar con otros jóvenes de su edad; era para el mundo una persona fría, desconfiada, arisca y de poco trato. Para todo el mundo menos para mi.


Le conocí una tarde fría de otoño en una convención de cultura japonesa, e inmediatamente nuestros tercos y recelosos corazones sufrieron una inevitable transformación: Era algo nuevo, extraño y sensacional. 
Sus ojos dorados, abominables para el resto del mundo, cautivadores para mi, me inducieron a un estado dulce e hipnótico. Los notaba sobre mi, escrutando cada milímetro de mi ser. Sentía mi traje negro apretarse cada vez más a mi cuerpo, como si la corbata me ahogase y la chaqueta del uniforme me fuese tres tallas pequeña. ¿Era esto lo que las personas denominaban Amor? Pronto lo iba a descubrir y las pulsaciones de mi corazón  eran proporcionales a los nervios que sentía por volver a verle.



Joven, inexperta e insegura me lance a la búsqueda de aquel muchacho de ojos dorados y tez pálida que según pude averiguar por boca de unas chicas de un curso inferior al mio, se llamaba jeffer, aunque todos lo conocían por fausto por sus peculiares gustos musicales y su amor por la ópera y la música clásica. Otra alumna de 3ro me advirtió  que aquel era un chico solitario y que repudiaba la compañía de los demás. Aparte de hacerme una lista sobre sus peculiaridades o rarezas como denominó la misma. 
Con su nombre en mi haber, y una seña sobre sus gustos con respecto a la música, comencé cada día a escuchar a los grandes maestros de la ópera, que si un día sopranos, otro día divos... hasta que me sentí lo suficientemente preparada y culturizada para acercarme al sujeto de mi obsesión; porque preferí autodenominarlo de aquella forma que no llamarlo Amor

Con las piernas temblando y un hilo de voz le pedí una cita para ir a tomar un café (aunque yo prefería el te) a una cafetería que había cerca del centro comercial, que no era algo muy moderno, pero su estilo bohemio tenía un gran encanto. Para mi sorpresa acepto y me dedico la que yo creía una de las sonrisas más dulces que hubiese visto jamas. Al día siguiente después de clases iríamos juntos. Todo fue a pedir de boca.
Así pasaron los meses, y largas conversaciones telefónicas, extensos e-mails, e insistentes mensajes al móvil me convirtieron en la chica más feliz del mundo. No tardaría en descubrir la maldad concentrada que esconde este mundo.


Una noche de invierno volviendo del cine, fuimos acosados por unos tipos que parecían no estar en sus cabales. Ellos se pusieron violentos conmigo y el intentaba defenderme de aquellos desgraciados. En un forcejeo por intentar librarme de uno de ellos, el compañero sacó una navaja y la clavo en su estómago. Luego salieron corriendo asustados como ratas que eran. La sangre emanaba de la herida y mis lágrimas besaban su pálida cara, mientras gritaba a vivas voces para que alguien nos socorriese. Algunas ventanas fueron abiertas, curiosos que contemplaban la escena, pero ninguna ayuda. La noche oscura se nos comió y mis amados ojos dorados se cerraron para siempre. 

Aún hoy te busco en silencio por esta amarga y tierna oscuridad, aún hoy me paso las noches esperando tu regreso y un nuevo beso que me quite este sabor a sangre de los labios, porqué no hay sabor más preciado que el de tus labios. Vuelve y demuéstrame que no soy un monstruo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Alone in the Darkness.

La soledad es uno de los temores más grandes que poseen los humanos, más poderoso que el temor a la muerte, es el temor a quedarse solos es ente cielo negro llamado mundo. 
¿Para qué estar acompañado? Si la compañía solo entorpece el camino, te ciega a la realidad. cambia tu perspectiva y re diseña tus metas. Es necesario cuidarse  las espaldas, pero.. ¿a otra persona? Ilógico,  sube tu nivel de riesgo, haciendo de tu supervivencia, algo más difícil.

Yo siempre he estado sola. solo me tenía a mi, incluso en aquellos días que hoy, parece que estén a años luz de mi. Sentirme sola, era la forma que tenía de comprobar mi independencia total con respecto al mundo que me rodeaba. nunca he necesitado a nadie, solo a mi misma. ¿Para qué más?

Aprendí a valerme por mi misma, primero echando mano de lo que poseía, aquel objeto que nació esa  fría noche junto a mi, el regalo de mi estrella: una katana. Poco a poco, comencé a sentir incluso placer al ver pasar fugaces las vidas de los que perecían ante mi. sus vidas se apagaban lentamente como lo hizo la mía... pero esta vez, ellos no tendrían la oportunidad que a mi se me otorgó. eran escoria.


Y así pasaron los meses, logré crearme una reputación, un respeto, cierto temor al escuchar nombrar mi ser : El beso de la muerte. Aquel era el nombre que se me había dado, un nombre tan cargado de temor y sangre como el filo de mi katana. Ya me había acostumbrado al sabor de la sangre en mis labios, terminaba siendo placentero... 


Yo al igual que muchos otros compañeros, había pagado un precio al obtener mi  estrella, al igual que también había perdido algo a cambio. había perdido mi vida humana y  cualquier tipo de sentimiento irracional (aunque ya he mencionado antes, que yo era una de las pocas que conservan fragmentos de sus sentimientos). A cambio, había recibido ciertas... habilidades, y junto a ellas una sola compensación habría de pagar para poder utilizar aquellos poderes tan magníficos: un Beso. de ahí, el nombre que se me había dado. Era una remuneración en cierto modo irónica, ya que me desagrada el contacto de otros en mis labios... de otro que no fuese El. 



lunes, 8 de noviembre de 2010

Searching a place.

Las emociones  son una de las debilidades más comunes entre las personas, por causa de estas, son capaces incluso de matar casi tan amoralmente como lo haría un contratista. Resulta realmente divertido, ver como estos sentimientos tan cargados de irracionalidad dominan la mente de la sociedad hasta tal punto, que encuentre en aquellos burdos espectáculos una grata satisfacción al contemplarlos.

Son tan ... inferiores. Tan fáciles de manipular y aniquilar, se creen fuertes y son en verdad más frágiles que castillo de naipes. Dignos de lástima, fantoches sin sentido, creen en una sociedad que lo único que les ofrece, es quitarles  la propia identidad. Son peores que una muñeca de barro: Ellas por lo menos, no han escogido ser recipientes, no han racionalizado su elección, en cambio, las personas pueden escoger formar o no, parte de la sociedad; escogen ser vaciados éticamente y desprovistos de mente propia.

Mi estrella brilla en un perfecto cielo negro, tan pura y a la vez tan manchada de sangre. En ocasiones mi estrella muere por momentos. momentos, en los que cierta irracionalidad o conducta impulsiva derivada de ciertas emociones de mis fragmentos, me han hecho revivir, en pequeña, parte traumas o momentos de mi vida como humana:  Recuerdos.

Aunque parezca extraño, desde mi transición a contratista no he cambiado demasiado, es decir, siempre he sido de esta manera. Me he conservado Pura de la ignorancia de la gente, alejándome de cualquier tipo de circo o escándalo sentimental... Aunque también he tenido sentimientos afectivos hacía alguien, no siempre he sido un monstruo. yo también he tenido sueños.

Aquella triste noche de invierno, volvía sola -como de costumbre- de la biblioteca. no vi venir el automóvil  que acabo con aquello que algunos hoy llamarían "mi vida". Momentos antes de que mi vida llegará a su fin, vislumbré una luz cegadora que envolvió mi mundo de oscuridad de un brillante blanco. Lo siguiente que recuerdo, es que me hallaba bien... y mis manos estaban llenas de sangre. Aquel hombre yacía muerto a mis pies.

Recuerdo que había una bella lluvia de estrellas aquella noche, también, que comenzaba a nevar. pero no tenía frío. Solo sentía como el viento mecía mi larga cabellera negra. sentía el sabor de la sangre en mis labios...

Sabia que nada volvería a ser como antes, que todo había cambiado.

domingo, 7 de noviembre de 2010

without a Soul

La creación de una estrella en el cielo, anunciaba el nacimiento de un nuevo contratista en aquel mundo tan disparejo. La desaparición de dicha estrella, equivalía a la muerte de aquel mismo ser. 

Mi estrella apareció en el cielo una triste noche de invierno, fue fugaz y parecía morir por momentos con cada pensamiento o sentimiento irracional que adoptaba en ocasiones mi cuerpo. No soy humana, tampoco una estrella... ¿Estoy incompleta?

Ahora me he dado cuenta de que unos pocos tenemos la virtud o desgracia, de poseer fragmentos de nuestros sentimientos como humanos. Recordamos...

Seguimos siendo monstruos a ojos de los demás, pero siempre nos quedará el consuelo de nosotros mismo, y el "apoyo" de nuestra raza, porqué queráis o no... Somos superiores a los humanos, no permitiendo que el sentido moral se interfiera a nuestro paso. 

Dame una orden, yo la cumpliré. puesto que esta es la vida del contratista, Ser y vencer. Sobrevivir y prevalecer